miércoles, 15 de septiembre de 2010

CITAS TEXTUALES DE PHILIPPE MERIEU

Propuesta:

1. Realizar el análisis de las siguientes citas.
2. Comparar las construcciones conceptuales que se encuentran contenidas en estas expresiones con las diversas corrientes pedagógicas.
3. Reflexionar respecto a la construcción del “ser docente”, incorporando el análisis de variables como “biografía escolar”, “trayectoria educativa”, “formación inicial”, “docente memorable”.
4. Analizar respecto a su incidencia.
5. Relacionar con autores como: De Gaulejac, Morin, Bruner, Bauman, Lypovetsky, Lyotard, Berger y Luckmann, y Foucault.

Llamaremos “pedagogo” a un educador que tenga como fin la emancipación de las personas que le han sido confiadas, la formación progresiva de su capacidad de decidir por ellas mismas su propia historia, y que pretende conseguirlo mediante determinados aprendizajes. (Merieu, 2001. Prefacio).


… los padres, los propios docentes cuando se trata de sus hijos, siempre piden que los educadores crean un poco más, con algo más de convicción, en la educabilidad de los que les han sido confiados y que se esfuercen por inventar los medios que quizás permitan la realización de esta convicción.


… la mayoría de las veces se afirma que un sujeto es educable sólo cuando se quiere encargar a otro el trabajo: el padre convencido de la educabilidad de su hijo, exigirá que el docente haga su trabajo; este último, por poco que la cosa se muestre complicada, prolongará la exigencia paterna descargándose en colegas especializados en los públicos difíciles… quienes, a su vez, puede que pasen el testigo al psicoterapeuta…


Porque el principio de educabilidad se desmorona completamente si cada educador no está convencido, no sólo de que el sujeto puede conseguir lo que se le propone, sino que él mismo es capaz, él y sólo él de contribuir a que lo consiga. En otras palabras, el principio de educabilidad desaparece si no es empleado por un educador que, frente a un ser concreto, cree,… que este último conseguirá hacer aquello que él intenta enseñarle, que tiene el poder suficiente para permitir este éxito y que debe actuar como si fuera el único en tener este poder.


… Sé sobre todo que el postulado de la educabilidad y la convicción de mi poder sobre ésta es una exigencia irreductible.


… si la práctica de la enseñanza nos da alguna certidumbre, es ésta: nada de lo que guardo para mí mismo se integra nunca realmente a mi humanidad… Si doy dinero, ya no lo tengo, pero si doy saber, alegría, esperanza, me hago aún más rico de aquello que he dado.


…educar es,…promover lo humano y construir la humanidad… Por esta razón, el decidir… privar de forma deliberada, aunque fuera a un solo individuo, de la posibilidad de acceder a las formas más elevadas del lenguaje técnico y artístico, a la emoción poética, a la comprensión de los modelos científicos, a los retos de nuestra historia y a los grandes sistemas filosóficos, es excluirlo del círculo de la humanidad, y excluirse a uno mismo de ese círculo.


Hay que tener como objetivo el compartir totalmente los saberes entre los hombres sin esperar que llegue el éxito y sin, al mismo tiempo, abandonar la más mínima parcela de determinación. …, es preciso afirmar que se logrará el objetivo aún sabiendo que se está condenado al fracaso, al menos parcialmente. Es incluso preciso luchar hasta el límite de las fuerzas para probar que aquello que sabemos que es imposible, es sin embargo posible.


El cálculo consiste entonces en hacer obstinadamente como si las cosas fueran histórica y duraderamente realizables, a pesar de saber que son sólo excepcional y fugazmente posibles. Porque “hacer como si”… es, sin duda, el único medio para acceder a algunos instantes de humanidad compartida, capaces de justificar por sí solos la tenacidad y la inventiva cotidiana. “Hacer como si” es, pues, una actitud eminentemente necesaria y a la que nos comprometen, sin saberlo, los mismísimos defensores del “realismo social”.